El interés despertado por las sociedades secretas y las tradiciones esotéricas desde finales del siglo XIX ha convertido al esoterismo, al menos en un nivel superficial, en un elemento característico de la cultura de masas [cita requerida].
El tarot, la magia, la geomancia o la astrología son ejemplos de elementos originalmente esotéricos que se han comercializado y se han incorporado a la vida cotidiana occidental. Con el calificativo de "supermercado de la nueva era" se han referido a ella ciertos núcleos sociales, como la Iglesia y la comunidad científica, que se han opuesto formalmente a todo lo relacionado con el esoterismo popular, ya que se ha convertido en una moda con los métodos propios de venta de una mercancía.
Se encuentra de todo: I Ching, velas, perfumes, inciensos e imágenes del Buda o de Cristo, libros de oraciones, mantrams, decretos, mandalas, todo tipo de recetas vegetarianas y naturistas, pulseras, productos audiovisuales con mensajes y clases de sanación y liberación, libros, hipnosis, sicoterapias de todo tipo, ejercicios para conocer el karma y las vidas pasadas, contactos con los ángeles, sus órdenes y mensajes, todo tipo de objetos atractivamente decorativos y llamativos, entre otros artículos de consumo
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